PREPARACIÓN:
El éxito de esta receta comienza por la compra de la yuca. Es importante que al partirla se vea muy blanca, sin manchas negras. Igual es importante también que el mismo días que adquirimos la yucas las pelemos, las trocemos del largo que deseemos y la cortemos a lo largo dese la punta. Podemos cortarla en 4 o en 8 astillas por trozo de yuca, dependiendo del grueso del trozo. Previamente dejamos una olla con agua hirviendo y colocamos la yuca . Agregamos sal y si lo desean un poquito de color para que nos queden las astillas amarillas, que las hace más provocativas.
Cocinamos al punto en que queden duritas, que no se deshagan, pero que podamos ya comerlas sin que estén crudas. Una vez ya cocinadas las llevamos en una lata al horno a 350 grados hasta que estén secas. Se porcionan en las cantidades deseadas y se van colocamos en bolsas plásticas, que queden herméticas, en el congelador. Ahí duran mucho tiempo.
Cuando deseemos colocamos aceite suficiente para que se sumerjan al fritarlas y así congeladas las echamos al aceite. Es importante que la olla tenga una tapa para que al echarlas podamos tapar rápidamente, dado que al estar congeladas el aceite saltará de la olla.
¡Quedan deliciosas!
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